viernes, 16 de marzo de 2012

Incongruencias de la mente femenina

Nadie dijo que las mujeres fuéramos sencilla. De hecho, muchas veces pienso que somos demasiado complicadas que aquello de que tendríamos que traer un libro de instrucciones debajo del brazo debería ser una realidad. Pero que sé yo, quizás todo ese halo de dificultad es el que nos hace tener más encanto.

Decir un sí pensar un no. Quizás esta es una de las mayores incongruencias que hay detrás de toda mujer. Sin embargo, siempre tiene su razón: agradar al que está enfrente, los miedos a una reacción o un juicio, la voluntad de no querer hacer daño...Pese a nuestra maldad con nuestro género -no vamos a negar que somos una arpias entre nosotras- también tenemos nuestra parte dulce, delicada e insegura. No dejamos de ser parte de esto que llaman ser humano con sus virtudes y defectos.

La capacidad de sacar conclusiones que no existen. Esta quizás no incrogruencia, pero si imaginación, es muy propia de las féminas. Ver fantasmas nos encanta. Un día leí que somos dramaturgas por naturaleza y la verdad que creo que es cierto. ¿Por qué triunfan sino las novelas donde no ocurre nada bueno? Quizás es la salsa de la vida que necesitamos para seguir sabiendo que estamos vivas. No lo sé.

Otro aspecto incronguente de las mujeres es la tendencia a exagerar por cuestiones que, a veces de antemano y otras posteriormente, sabemos que no son tan importantes. Un punto muy unido al anterior. Nos va la marcha, el drama y las ganas de demostrar que los que están a nuestro alrededor son unos lagartos y nosotras las princesas de aquel cuento que nos creímos cuando eramos niñas.

A nivel personal, creo que mi mayor incongruencia es el querer pero no poder. Aunque no entraré en detalles el tener un ángel y un demonio es una cruz más. Querer y no poder, saber que no pasa nada pero saber que puede pasar todo. Sería un poco ese si pero no que revolotea por tu cabeza. Un lastre que a veces se soluciona con un cacho de impulsividad.

Siempre que pienso en esto me viene la imagen a la cabeza de Homer Simpson con sus dos lados. Si hasta a él le pasa  debe ser que no soy tan rara :-) ¿O sí?

No hay comentarios:

Publicar un comentario