domingo, 26 de abril de 2015

A la madre de Aitor

Supongo que la protagonista de esta entrada nunca la leerá pero bueno sirva como una queja en voz alta.

Vaya por delante que me encantan los niños -cualquiera que me conozca lo sabrá- y ellos nunca me han molestado. Sus gritos, sus carreras con el triciclo o incluso sus balones en mi balcón me parecen tolerables. Pero lo siento, con lo que no puedo es con la madre de Aitor.

Esta señora -a la cual he tenido el placer de identificar- le cuesta moverse más que a una Godzilla en una bañera pero no le duelen prendas para estar literalmente cada 5 minutos gritando el nombre de su hijo en el parque de su urbanización. Chica, cansas.

Entiendo que es duro ser padre/madre, que los niños son agotadores, que algunos son unos traviesos pero creo no sería pedir demasiado si en vez de chillar cada 5 minutos a tu hijo, te levantarás una de cada 10 veces. Solo una. Quizás de esa manera y con un buen azote de por medio de vez en cuando entendería que las cosas no son así. Pero es más fácil gritar: "Aitor, no toques eso" "Cuidado, Aitor", "Aitoooor". Y si el niño no hace caso -lógico porque tiene que tener el timbre de su madre en las entrañas como yo- seguir gritando sin parar. Levantarse ni con un terremoto.

La crispación con la madre de Aitor ha llegado a tal punto que estoy hasta cogiendo manía al nombre. Y todo sea dicho, fue el nombre de mi amor platónico del colegio y estaba en la lista de los favoritos para mis hijos. Pero vamos, la madre de Aitor se ha cargado todo el romanticismo que para mi tenía el nombre.

Solo espero que Aitor crezca rápido y le diga a su madre que levantarse del banco de vez en cuando no esta mal para airear el culo, al menos. En fin, "Aitooooor".

miércoles, 1 de abril de 2015

Esos artículos sobre "10 consejos para gustar más" y más

El otro día comentaba con un compañero como cada vez me gustan menos las revistas femeninas. No porque haya dejarlo de serlo sino porque parece que solo dan consejos para ser la mujer perfecta que debemos ser. Y nada más.

Cada vez lo tengo más claro. Reportajes tipo "10 consejos para gustar más", "20 formas de tener un cuerpo perfecto" o "Cómo enamorar a tu chico" son un reflejo de una sociedad en que tener unos kilos de más o no llevar la última camisa están casi mal vistos.

Pero más humillante me parece cuando aparecen revistas on-line que van de revolucionarias y diferentes donde nos encontramos exactamente lo mismo. El último caso sangrante es de We lover size. El título la verdad es que me gustó a medias porque me evoca tallas y ahí ya empezábamos mal. Pero en fin, me lo habían recomendado y le eché un vistazo. En el menú inicial los tópicos Moda, Belleza, Estilo de vida, Vida Sana, Sexo y por último, y para no quedar mal Cultura. Porque está claro la cultura es lo que menos importa en una mujer. En fin.

Pero bueno hasta ahí podemos decir que todo era normal. Una revista para mujeres. Lo que me hizo rabiar es cuando pululando por la web me encontré con este artículo "Bañadores de tallas grandes 2015". Puesto que una se encuentra más en tallas grandes que pequeñas, dije vamos a ver qué dice y al abrirlo me encontré con esta foto:


No sé a vosotros pero a mi esta chica me parece bien normalita. Abrir un artículo de tallas grandes con una chica así, sinceramente me parece más denigrante para las que tenemos las caderas más allá de una 42 que halagador. 

Pero la tomadura de pelo no se quedaba ahí. Veamos la siguiente foto del mismo artículo: 


¿Perdona? La otra vale hasta podía pasar si intentamos no ser muy radicales pero estas chicas ¿Qué tienen exactamente de tallas grandes? Alucinada me hallo.

Y ahí está la razón una más de por qué las revistas femeninas cada vez me gustan menos. No diré más.