lunes, 26 de agosto de 2013

La vida es una mierda

Este titular podría ser el estado de muchos en Facebook. Un estado que dependiendo la melancolía y originalidad de cada uno puede tener variantes tipo "El mundo ya no es lo que era" "Morirme podría ser la solución" "El infierno es mejor que esto", "El gris del cielo no es comparable al de mi alma"... Estados totalmente innecesarios. 

Pero ¿Qué propósito hay detrás de estas frases? Supongo y quizás deberían responder los que realmente los ponen, el dar pena, lástima o sinónimos parecidos. Todo con el objetivo de que aparezcan 20 comentarios diciendo: "¿Qué pasa?", "Sabes que eres único y que vales mucho", "Todos te queremos". Mensajes totalmente demagogos que lo único que demuestran que tanto unos como otros lo único que quieren es llamar la atención y demostrar lo buenos amigos que son. Seguramente no hacen ni una llamada para ver qué es realmente lo qué le pasa porque no importa ya lo hemos reflejado en Facebook.

Aún así hay otra pregunta más importante: ¿De verdad son necesarios? No, rotundamente no. Lo siento pero creo que tiene que ser mucho más eficaz quedar a tomar un café con un amigo y contarle las penas que difundirlas a tus 200 conocidos de Facebook. Más que nada porque seguramente a más del 90% de las personas que tienes en la red social no le importa cómo te encuentras porque nunca hablas con ellos. Sin embargo, leerán el estado por puro morbo y será una arma ideal para chismorrear. Así es la vida de perra.

Tampoco entiendo muy bien los "estados agradecimientos". Me explico. Esos estados en los que se dan gracias a 50 personas con sus correspondientes etiquetas. Vale, entiendo que te guste una sorpresa, noche o regalo que te hayan hecho pero no es necesario decírselo a tus 200 contactos en Facebook.Igual es que soy un poco rara pero ¿No es fácil agradecerlo personalmente o con otros detalles? No obstante, para ser honestos diré que estos me molestan mucho menos.

Entonces, se preguntarán algunos, ¿Para qué es Facebook? Hombre pues cada uno lo usa a su antojo y faltaría más. Pero creo que es un espacio dedicado a sociabilizar, a contar lo mismo que contarías en un bar a voz en grito, a difundir cuestiones que te pueden parecer interesantes, curiosas o solidarias. Hasta ahí llega la función de Facebook. El resto de llamadas de atención melancólicas y lastimeras creo que sobran. Ups creo que no he sido políticamente correcta...

domingo, 25 de agosto de 2013

El sexismo del castellano

Hay pequeños detalles que demuestran lo anticuado que puede ser un idioma. Son minúsculos síntomas a los que nadie dan importancia pero demuestran que existió - y por desgracia todavía existe - un mundo machista o, mejor dicho, un lenguaje.

No soy la primera que habla del sexismo en el lenguaje. Existe, es algo que me parece innegable pero que a la vez a veces es un recurso barato para proponer tonterías que no ayudan al a igualdad sino a rellenar titulares. Sin embargo, si que veo cuestiones encalladas en el pasado del lenguaje castellano.

Basta con mirar expresiones como "coñazo" y "cojonudo" con sus respectivas connotaciones metafóricas como sus definiciones reales para darse cuenta de que somos participes de un tiempo de desigualdad. Todos, incluido una servidora, diremos que un texto es un "coñazo" para describir su pesadez y sosería. No obstante, diremos que es "cojonudo" cuando se convierta en un escrito digno de Cervantes.

Sin embargo, este no me parece el hecho más curioso sino el uso del masculino como género de generalidades. Evidentemente, es español tiene el género neutro o no marcado pero muchos sustantivos y adjetivos no lo contemplan o entienden por el mismo el propio masculino. De esa forma, llegamos a casos tan curiosos como una clase llena de mujeres y con cuatro hombres donde se diga "alumnos". Pero ¿por qué no usar el "alumnas" cuando hay una mayoría femenina? Al plantear esta cuestión muchos -hombres y mujeres- me han dicho que los hombres no se tienen por qué sentir identificados con ello. Entonces ¿por qué lo tenemos que hacer las mujeres? Seguramente por tradición lingüística pero esa tradición no deja de ser una herencia demasiado arcaica y masculinizada.

Tampoco me gustaría llegar al extremo de la ex ministra Aído cuando propuso el famoso miembra. Creo que eso junto con otras tonterías del tipo utilizar a/o o la @ es cargante y totalmente innecesario. Sin embargo, si me parece justo considerar que existe un sexismo implícito en el lenguaje. Un sexismo que muchos no ven porque aseguran que los hablantes lo utilizan sin querer, sin ánimo de desigualdad. Estoy de acuerdo pero quizás el cambio empieza por pequeñas o, no tan pequeñas cosas, como los hábitos en la forma de hablar y comunicarnos.

Quizás por ello, proposiciones como la de la Oficina de Igualdad de la UNED me parecen bastante justas y lógicas. Sin embargo, la RAE -enlace de Público porque el original está caído- considera que eso del sexismo en el lenguaje es básicamente una tontería con la que "no se podría hablar". En fin que vamos a esperar de un organismo que hasta hace bien poco escribía cederóm...

martes, 20 de agosto de 2013

Aste Nagusia y su inicio social

Estos días se celebra en mi Bilbao la Aste Nagusia o Semana Grande. Unas fiestas que para mi tienen un carácter especial pero que más allá de eso son el resultado de un sentir general y social. Un sentimiento que ha demostrado que cuando se quiere, se puede.

Durante los años de franquismo que sumergieron a España en una dictadura, las fiestas de Bilbao no eran más que toros y teatros. Unas fiestas de ricos que dejaron de serlo en 1978. Gracias a un concurso popular organizado por el Ayuntamiento de Bilbao y El Corte Inglés, el proyecto de Txomin Barrullo salió adelante pocos días antes de las fiestas. 7 millones de pesetas de la época que llegaron en el último momento eran el presupuesto para organizar unas fiestas sociales. El resultado fue todo un éxito.


Las agrupaciones de diferentes barrios bilbaínos se fueron sumando y ya en 1979 la bajada desde Begoña al Casco Viejo aglutinaba a miles de personas cantando y bailando. Solo hacía falta tener un música y una vestimenta unificada para poder asistir a la cita. Por desgracia, la bajada ya no es un hecho en la Aste Nagusia.

Así, dieron el pistoletazo de salida. Un momento al que no quiso falta desde el primer momento la Mari Jaia. Esa señora con los brazos en alto es el símbolo más famoso de la fiestas, una señora creada en 1978 por Mari Puri Herrero en tan solo 5 días. Gracias a ella, Kepa Junkera compuso otro de los símbolos de la Aste Nagusia, "Badatos Mari Jaia".


Los años siguieron pasando y han consolidado unas fiestas que más allá del carácter lúdico, tienen un afán social. Miles de personas se afanan durante una semana para que todo salga bien; para que tanto niños como ancianos disfruten de 24 horas de Txosnas, música, bocatas, espectáculos, actuaciones y bebida; para que en definitiva, la fiesta no pare en ningún momento. Y lo consiguen.

Digno de destacar me parece que se sigue apostando por la figura de la mujer con la Txupinera como máximo exponente junto con la pregonera que este año también ha sido una mujer. Como descubro sin saber la txupinera era:
"Un antiguo empleo municipal bilbaino, vinculado exclusivamente a mujeres y que según parece se transmitía de madres a hijas, consistía en avisar a los vecinos de la Villa mediante el disparo de varios “chupines” de las grandes solemnidades populares".
Curioso empleo y personaje que tantos problemas ha traído este año por cuentos de los de siempre. Por suerte, la fiesta continúa y aunque los que peinan canas, dicen que ya no es lo que era, yo no veo muchas diferencias. Simplemente sigo viendo una fiesta que se han creado por el pueblo y son para el pueblo. Una prueba más de que cuando se quiere, se puede. ¡Gora Aste Nagusia!

jueves, 8 de agosto de 2013

El cambio necesario en el periodismo

Esta misma semana ha salido a la palestra de los medios Jeff Bezos. No por ser uno de los CEO más importantes en el mundo digital sino por comprar uno de los míticos diarios estadounidenses por una cantidad, cuanto menos, ridícula. 250 millones de dólares por The Washington Post. Anonada me hallo.

Precisamente con esta noticia como telón de fondo, he comenzado a pensar en el futuro del periodismo y Gurmensindo LaFuente, un grande para mi en esto de los medios digitales, me ha ayudado. Recomiendo la lectura de su post en El Diario para todo aquel que le interese un poco el periodismo. Eso sí, después de acabar con mi artículo ;-)

Efectivamente, como dice el creador del proyecto desaparecido que dio pie a mi Tesina de Máster, España siempre ha ido por detrás en esto del periodismo. No hay más que mirar a los medios más tradicionales para darse cuenta que somos animales de costumbres. No nos gustan los cambios pese a que la sociedad vaya un paso por delante y esté dejando de leer periódico. Pese a que las redes sociales centren la atención. Pese a que los smartphones sean un lugar de lectura idóneo para muchos. Da igual los cambios en el periodismo siempre van por detrás de todo esto. Y así nos va.

Entre el pasito - o gran zancada para algunos - con el que vamos por detrás y la crisis de credibilidad de la sociedad - ¡Cuántas veces me habrás dicho aquello de periodista manipulador!- tenemos un grave problema. Un problemón que no es de hoy sino de ayer pero que parece que seguirá mañana. Sin embargo, aunque todos los sabemos, pocos se miran el ombligo y lo intenta remediar. Digo pocos porque si que creo que existen profesionales que sacan proyectos interesantes con una repercusión limitada.

Si un medio digital o tradicional pretende vivir de la caridad de los lectores, lo tiene complicado. Sin embargo, hay fórmulas. Ya he hablado del valor informativo y el por qué pagar para informarnos. Pero todo puede ir mucho más allá. Dar más valor no significa escribir más palabras, significa investigar, valorar, opinar, contextualizar y lo más importante estar al pié de la noticia que realmente importa. Lo sé la salida no es fácil y si lo fuera, todos seríamos Rupert Murdoch. Pero ahí estamos luchando.

Se huele por ahí que en septiembre veremos novedades en los medios españoles líderes - El País y El Mundo-. De verdad espero con entusiasmo ese día y ver cuál es el camino que adoptan porque evidentemente solo vendiendo banner ningún medio, ni los pequeñitos como el mío, ganan para mantener a su equipo. ¿Qué pasará entonces? Espero que la salida esté por delante de la sociedad o al menos, sea arriesgada para intentar salvar la crisis del periodismo que espero que no nos hunda.