domingo, 19 de mayo de 2013

Estereotipos verbeneros

Admito que soy una fiel a las verbenas. No sé qué tienen pero me encantan, me engatusan y me recuerdan a grandes momentos bajo el sol veraniego y, no tanto. Son el momento de escuchar esas canciones que nunca ponen en la radio pero si muchas veces en tu memoria -y en el iPod en mi caso ;-)- y dejarte llevar por la emoción del momento. Lo adoro.

No obstante, no todo es perfecto en las verbenas. Y no, no hablo de la virtud del cante de los artistas sino de cuestiones más importantes que no atañen solo al espectátuclo. He visto muchas verbenas y la gran mayoría de ellas se repiten los mismos estereotipos.Y me sigue llamando la atención que siempre estén ahí sin importar cómo se llame el grupo, ni la fama que tenga ni mucho menos si cantan pasodobles o reggaton. Unos rasgos que siguen ahí desde hace años y no tienen visos de cambiar.

Y es aquí donde vienen mis preguntas relacionadas con estos estereotipos verbeneros: ¿Es necesario que los cantantes sean monos tirando a guapos o que al menos se lo crean y las chicas que enseñen todo menos su voz? Parece ser que sí porque da igual que sea Orquesta Buenos Aires o verbenas Paco que todos llevan a este tipo de profesionales entre su elenco. Y digo yo: ¿No será más importante que canten bien y sean capaces de animar a la gente que está 2 metros más abajo? Quizás una pregunta estúpida para los viejos verdes que ven en las carnes de las mozas cantantes a una Ainhoa Arteta en potencia o las adolescentes que sueñan con besar al cantante pero más que obvia para mí.

Es evidente que ver a una chica guapa sobre el escenario llama la atención de cualquier. Incluso a mí. Sin embargo, si la hermosura abre la boca y no se sabe cantar ni animar, de poco me vale. Pero no pasa nada porque lo contrarresta con una mini falda y un sujetador -muy bonitos pero poco prácticos a 10 grados sino quieren que se coja una pulmonía- y todo es perfecto. "Qué gran verbena, así da gusto venir a las fiestas", he oído decir a más de uno. Y sí, me hierve la sangre porque no hay espectáculo más dantesco que ver como una mujer es tratada como un objeto y como se presta a ello.


En el caso de los chicos suele ser menos evidente, pero no deja de ser un estereotipo ver al típico cantante guaperas que va tirando besos y guiños por doquier. No, majo, no eres sexy y no he venido aquí a derretirme con tus zalamerías sino a oírte cantar y salvo algún gallo poco más he escuchado. Eso sí mueves muy bien la pelvis. Animó que te vendrá muy bien para otros menesteres.

Por supuesto, en todo esto hay excepciones -pocas para ser realistas- que confirman la regla y demuestran que hay esperanza en el mundo verbenero. Aunque la solución no sea hacer un espectáculo subiendo a un cantante vestido de Jesucristo a lo alto del escenario -si lo he visto y creo que es lo más bizarro que me he encontrado-. Pero si se puede buscar la solución en conseguir que la verbena se convierta en una fiesta en sí mismo para todas las edades. Y también lo he visto y disfrutado al máximo.

Así, las verbenas repiten una sociedad en la que todos quieren ver y ser vistos. Donde prima más una imagen que mil canciones. Donde da igual tu valía porque importara más tu escote y tus dotes seductoras. Una lástima pero todavía queda mucho camino por delante.

miércoles, 15 de mayo de 2013

El mundo del rosa o azul

Vaya por delante que no tengo nada en contra de estos dos colores. Mi problema es su utilización. El rosa para chicas, el azul para chicos. No digo que una niña no pueda vestir de rosa ni que un niño no pueda hacerlo de azul, mi queja es que tenga que ser así por "ley" socia.

Me gusta el rosa en chicos. Iría más allá me resulta hasta sexy. Entonces ¿por qué no lo puede usar un niño? Ah, es verdad porque todo el mundo pensará que sus padres se han vuelto locos y quieres amariconar al niño. Pues no, señores, es una cuestión de estándares sociales que ya debemos dejar atrás.

Pero la evolución que más chirría, mucho más que la manía de vestir a las niñas de rosa y los niños de azul, es la de los accesorios para mujeres, sobre todo, en el terreno de la electrónica de consumo. Vamos con unos ejemplos:

Estos productos, que están ahí porque tienen su demanda, me parecen que refuerzan la idea de que las chicas vivimos en un mundo rosa -lo siento, tata sé que eres amante de tu ASUS rosa-. Un mundo de prototipos sexistas que parecen que no nos cansamos de aguantar. 

Lo curioso es que no ocurre lo mismo con los dispositivos para chicos donde hay variedad de colores. Entonces ¿Es un error nuestro? ¿Somos las mujeres las que seguimos insistiendo en que el rosa es el color de la feminidad? Quizás, el problema está más cerca de lo que pensamos.

Por lo pronto tengo claro que mis niñas no irán de rosa por regla general ni mis niños de azul. Por algún lado habrá que empezar a cambiar el mundo. 

viernes, 10 de mayo de 2013

¿Y ahora dónde meo?

El otro día fui a un restaurante y al ir al servicio me encontré con la imagen del post. Entonces me pregunté ¿ahora dónde meo? No debí ser la única con dudas porque cuando decidí meterme al candado -no me preguntéis por qué- me topé con un hombre. 
Aunque no deja de ser una anécdota, lo cierto es que me fastidia -por usar un término de señorita- que el diseño prime q la usabilidad. No quiero decir con esto que no se deba innovar en diseño pero chico con unos límites que todos no somos tan listos.
En este sentido, hace unos años me pasó algo similar en el servicio de un restaurante vegetariano. En este caso era un sol y una luna y pese a que todo el mundo me dice que la respuesta es sencilla, yo no lo tuve claro y me fui a la luna. Acerté sí, pero de chiripa.
En fin, desde aquí mi mensaje a los diseñadores: cuando hagáis un diseño pensar que existe gente torda como yo que el minimalismo no entiende.

domingo, 5 de mayo de 2013

Mi madre

Cada uno pensara que su madre es la mejor. No es para menos. Es una de las personas más importantes en la vida de cualquiera y, en la mayor parte de los casos, hemos estado dentro 9 meses. Y eso tiene que une.

No voy a ser la excepción, creo que mi madre es la mejor. Y para celebrar este primer domingo de mayo con ella desde la distancia, le dedico lo que mejor sé hacer: escribir artículos.

Admiro a mi madre no solo por estar junto a mi 26 años, que tiene su mérito ;-), sino por todo lo que me ha enseñado. Valores como la valentía, honradez, capacidad de reírse de una misma, entusiasmo por la vida, espontaneidad, naturalidad u optimismo no estarían en mi en mayor o menor medida si no fuera por ella.

Pero no solo es importante por ello. Mi actual vida tiene mucho que ver con ella. Uno de los momentos claves de mi vida cuando recibí aquella carta en la que me aceptaban en una universidad de Madrid, no hubiera sido igual sin sus palabras.
"Haz tu vida, ve y prueba. Siempre tendrás tu casa aquí para volver"
Estas palabras hicieron que 6 años después esté haciendo una vida en la capital de España con un trabajo y una vida que me gusta. ¿Qué hubiera pasado si no hubiera estado ahí? Pues seguramente seguiría en Bilbao con un futuro bien diferente. No sé si mejor o peor pero diferente.

Sin embargo, una de las cuestiones que más admiro de mi madre es su capacidad de tirar con todo. Sin miedo a nada. Pese a las patadas que le ha dado la vida -y han sido unas cuantas-, siempre le ha echado huevos a la vida. Su fortaleza, optimismo y generosidad me sorprenden día a día y me demuestran que son virtudes a cultivar para que todo vaya mejor.

Por todo ello y tantas otras cosas, gracias Ama por estar ahí y ayudarme a ser mejor persona día a día. Seguiremos discutiendo, seguiré pensando que eres una pesada pero en el fondo continuaré sabiendo que eres una de las personas a las que más admiro.