domingo, 28 de julio de 2013

Estereotipos curiosos cotidianos

Estos días he estado de desconexión total. Me han venido de maravilla y he podido ver cuestiones que el día a día te impide. Pequeños gestos, actos o situaciones que por tonterías que son, no nos hacen ver que realmente son un estereotipo más de nuestra sociedad.

La verdad es que yo misma caería en ellos seguramente. Pero el "es que eso siempre ha sido así" que me contestó mi chico cuando le expliqué lo que me parecía un estereotipo un tanto arcaico me da más miedo que el simple hecho. El no darnos cuenta de que las cosas tienen que cambiar. Que la igualdad tiene que existir de verdad y de que aunque eso fuera así, tiene que dejar de serlo, nos hará más dificultoso el camino.

Pero ¿De qué estoy hablando concretamente? Cosas tan, quizás, estúpidas como un cambia pañales -desconozco si tiene un nombre más técnico- en el baño de las mujeres en vez de un sitio común de acceso para ambos géneros, ver que las madres se ocupan de duchar, vestir y llevar al servicio a los pequeños o el hombre que pasea al perro mientras su esposa hace la comida. Ya digo, situaciones cotidianas que no dejan de ser estereotipos antiguos.

Evidentemente, todo ha cambiado mucho. Y menos mal. Pero todavía nos queda mucho camino por recorrer. Muchas menos frases tipo "deja ya lo hago yo que tú no sabes" o "que más da si no me cuesta nada" que finalmente nos meten en nuestra propia tumba. Y sí, lo reconozco a veces soy la primera que lo hago. Pero también la primera que lo evita hacer porque por ahí empieza la igualdad.

jueves, 11 de julio de 2013

¿Sexismo o exhibicionismo?

Soy una firme defensora de la igualdad de hombre y mujeres. De eso no me cabe la menor duda. Sin embargo, las feministas no siempre estamos de acuerdo al 100%. Este es el caso.

Me pongo delante de las fotografías ya casi clásicas de San Fermín de una chica en el txupinazo -lo siento, no concibo la palabra sin tx- con media delantera fuera y hombres tocándola los pechos. Evidentemente, la imagen no es lo más agradable del mundo pero tanto o más que si un hombre se hubiera puesto a enseñar sus genitales. Igual de denunciable y desagradable por estar fuera de contexto totalmente.

Marisa Soleto en el blog de Ellas de El Mundo así lo defiende. Y no es la único en el vídeo que os dejo bajo estas líneas van por el mismo camino. Sin embargo, mi opinión difiere un poco.




Pongamos las imágenes en contexto. Txupinazo de San Fermín donde puede correr de todo menos la serenidad. Con el vino por doquier, los instintos más animales de algunos estaban a flor de piel. Y seguramente los de esa chica también. 

A juzgar por las imágenes, a la chica no le importaba demasiado que le tocarán las tetas. Esta chica no parecía disgustada con la situación. Entonces ¿Por qué darle vueltas desde fuera? Entiendo que como mujer ver algo así no es lo más agradable del mundo pero si ella lo ha disfrutado y tolerado, no creo que sea nada malo. Nadie le ha violado, nadie le faltado el respeto porque ella lo ha tolerado y nadie le ha arrancado la camiseta. Evidentemente, el problema es hacer algo así y pretender que todos se queden indiferentes. En ese contexto, insisto. 

Otra cuestión muy diferente hubiera sido que por el mero hecho de meterse en la Plaza del Ayuntamiento de Pamplona, tengas que ser tocada o directamente por ir en topless por una playa -un lugar apto para ello- alguien se abalance a probar tus senos. Evidentemente esos casos me parecen totalmente despreciables y denunciables.

Sin embargo, quiero darle la vuelta a la tortilla y reflexionar. ¿Qué hubiera pasado si un hombre hubiera enseñado los genitales? Seguramente hubiera sido acusado de exhibicionista y algunos improperios más. Entonces ¿Por qué esta señorita puede enseñar los pechos a medio mundo y solo ponemos el grito en el cielo porque le tocan las tetas? Si realmente buscamos la igualdad creo que esto debería ser igualmente multable que enseñar el pene en la vía pública, al final es una de las partes más sexuales de una mujer al igual que puede serlo el miembro viril en un hombre. Entonces ¿Por qué solo hablar de los borrachos que tocaban? ¿No debería haberse cortado esa chica por respeto al resto? ¿Qué os parece?

lunes, 8 de julio de 2013

Vete, no quiero verte, vete!

Llevamos unas tres semanas de calor fuerte y a mi ya me sobran. Ya me han valido. Ya puede venir el frío que me gusta más. Lo siento, verano si tenemos muchas cosas en contra de ti.

Con esto de estar sudando todo el día, no poder dormir, ir buscando la sombra y tener sed todo el día, lo siento no puedo. Verano no puedo contigo.

Habrá muchos fanáticos del verano. De sus terrazas, piscinitas, playas y chiringuitos pero yo me quedo con el frío y triste invierno donde no tengo que estar matando mosquitos ni limpiándome el sudor del bigote. Eso si no voy a negar que un buen piscinazo es una maravilla pero aún así con unos días me vale, no necesito los tres meses de pleno calor.

Debe ser mi sangre norteña la que me impide disfrutar del verano. Pero efectivamente me quedo con el frescor diurno y nocturno de Bilbao e incluso si me apuras su txirimiri. Todo con tal de no asfixiarme con el calor agotador que no me deja respirar, ni moverme ni tener mi energía natural.

Así que por mi parte, verano ya ha sido suficiente. Podríamos a hacer un pacto y esconderte hasta el año que viene. ¿Te parece? :-)

miércoles, 3 de julio de 2013

¡Sonríe!

Hoy me he topado en el metro con un hombre que pedía. Ninguna novedad hasta aquí, lo sé. Pero en esta ocasión me ha sorprendido no solo lo bien que cantaba sino también su discurso lleno de energía, positivismo y bueno rollo. Si esto ya me ha parecido la mejor estrategia de marketing del mundo, con su última reflexión lo ha bordado diciendo algo así:
"La crisis es una mierda. Nos está afectando a todos. Pero si debemos ser capaces de sonreír demostrando que no estamos tan amargados y que no puede con nosotros. La sonrisa es un regalo que debemos dar a la vida. Con esa contribución gratuita me valdrá". 
Su declaración me ha parecido tan evocadora que no he podido más que sonreír e irme con esa cara de idiota hasta casa. Una cara y un pensamiento: "¿Por qué no sonreímos más?". Quizás porque no estamos acostumbrados, porque es más fácil poner cara de lechuga porque la vida no se porta tan bien como quisiéramos o debería.

Sin embargo, una sonrisa, como decía mi muso de hoy, es gratis. Y no solo eso. Un abrazo, un beso, una acaricia, un te quiero y tantos otros gestos que no estamos acostumbrados a dar o recibir. Y esto no es una queja al prójimo sino una reflexión abierta donde me incluyo que peco de arisca -serán los genes vascos- cuando no debería ser así. Pero bueno creo que poco a poco voy aprendiendo y gracias a personas como la del metro viendo que la vida tiene pequeños placeres gratuitos :-)

Así que nada más pese a que la vida no sea de color de rosa, "Sonríe que es gratis".