lunes, 31 de octubre de 2011

El fin de ETA, ¿y ahora qué?

Aunque ya han pasado unos día del anuncio de ETA donde declaraba "un cese definitivo de la actividad armada", he querido esperar a que pasará este tiempo para ver los acontecimientos con perspectiva.Y aquí está mi opinión como vasca y por supuesto, como persona que ha vivido muchos años con el temor de ETA.

Por una parte, me alegro del comunicado y reconozco que me lo creo, al menos, eso es lo que dice mi corazón aunque mi razón se niega a ello. Me lo quiero creer porque ya han sido demasiados años y pese a que el fin de ETA no es el fin de la dictadura de opinión que se vive en el País Vasco, es un paso.


Por otra parte, y hay que ser muy ignorante para no darse cuenta, la acción de ETA no es casual. A las puertas de las elecciones del 20N y con una conferencia de paz en la que todo el mundo se ha enterado del conflicto vasco -o más bien la lucha armada que tenían ellos porque somos muchos vascos lo que no tenemos ningún problema en reconocer que somos españoles-, es el momento ideal para dejar las armas y dar paso a otras fórmulas para conseguir el objetivo: la independencia del País Vasco.

Así, ETA le pone las cosas mucho más fáciles a Bildu, quienes ya se estarán frotando las manos en estas elecciones sabiendo que el porcentaje de votantes subirá como la espuma. Perfecto, no hay problema todos sabemos quién es Bildu y si aún así les votamos es nuestro problema, ahora que me parece totalmente legítimo que se presenten a las elecciones tal y como lo hace el partido antitaurino o el partido franquista. Ahora bien, somos los votantes lo que decidimos quiénes queremos que estén en Gobierno, quiénes nos van a representar durante 4 años asi que por una vez la responsabilidad de tenerlos o no en el mando es nuestra.

No tengo mucho más añadir a esto que pienso, sólo que me alegro que poco a poco el País Vasco se convierta en una autonomía democrática donde, aunque muchos no estemos de acuerdo, haya personas que quieran el independetismo. Eso sí que lo defiendan democráticamente, ahora bien si alguien me pregunta -como hizo un amigo el otro día- qué porcentaje saldría en un hipotético referéndum sobre la independencia vasca, quiero creer que sería un 60% en contra y 40% a favor. Prefiero pensar que todavía somos más los que apostamos por España aunque todavía tengamos miedo de decirlo.

jueves, 20 de octubre de 2011

El niño de Gallina Blanca

En mi trabajo dicen que estoy obsesionada y puede ser; pero desde que ví el anuncio del niño de Gallina Blanca gracias a mi compañero @rudydejuana, no puedo quitarme de la cabeza ese atentado contra la publicidad y, al mismo tiempo, spot viral acertado.

Resulta que a algún ingenioso publicista -no sé si conscientemente o no- se le ha ocurrido mezclar a un niño salido directamente desde Photoshop sin censura previa con el remix de la canción de Toa, toa que Jesulín de Ubrique popularizó hace unos años. Y el resultado es un anuncio cuando menos que asusta pero que ha conseguido su objetivo: llamar la atención y mucho.

Ayer fue la primera vez que lo ví en la televisión y aunque, sinceramente, ignoro cuando se estrenó en la caja tonta, supongo que no hace mucho más de una semana. En ese tiempo ya ha conseguido ser Trending Topics en Twitter (el 14 de octubre, concretamente) y, aunque no tengo datos que lo confirmen, aumentar el perfil de Gallina Blanca además de, tener más de 10 grupos en Facebook y subiendo. Si el niño da mucho miedo, como decía mi amiga Aroa no sabemos si más que el oso de Seguros Santa Lucía, pero oye ha conseguido lo que toda marca quiere, que se hable de ella por todos los rincones dentro y fuera de Internet.

Una vez más queda demostrado que la publicidad sólo es buena o mala dependiendo de cómo la miremos y cuál sea nuestra estrategia; está claro que el próximo premio de publicidad no se lo va a llevar el anuncio de Gallina Blanca, pero si quizás se quede en la imagen de muchos durante un tiempo porque otra cosa no sé pero impactar -uno de los propósitos de la publicidad-, impacta.

Os dejo con el anuncio de Gallina Blanca y con la canción del torero Jesulín para recordar viejos tiempos ;-)

viernes, 14 de octubre de 2011

En casa de herrero, cuchillo de palo

Siempre me han encantando los dichos, no es nada nuevo. Pero este con el que titulo hoy es especialmente adecuado para el tema que quiero tratar: lo mal que se hacen las cosas en los sectores que se deberían hacer bien.

Debido a mi curro -he cambiado un pelín de rumbo siendo ahora la responsable de MuyCanal, aunque no dejo de lado mi querida MuyInternet-, he visto estos días muchas empresas dedicadas a la distribución informática y me ha surgido una gran duda ¿por qué el canal informático es el sector menos actualizado?

Estos días me ha tocado revisar webs y webs de distribuidores, integradores, proveedores... y en todas ellas -salvo algunas excepciones- he visto una tónica general; sitios con diseños que dejan mucho que desear, poca accesibilidad, nula usabilidad, vamos, unos sitios que si los hubiéramos visto en los años 90 hubiéramos dicho que eran lo último de lo último pero señores, que ya estamos en el siglo XXI en la era de Facebook, Twitter y por lo menos, el gusto por un diseño.

No digo yo que todas las empresas tengan que gastarse una millonada en diseño web -y menos en los tiempos que corren- pero por lo menos dar un buen servicio. Me imagino al potencial cliente que entrar a echar un vistazo a la empresa de la que le han hablado, cuanto menos se le tienen que salir los ojos al ver algunas webs. Y ya no intentemos hablar de versiones móviles o para tablets porque no encontraremos demasiados ejemplos.

En los tiempos que corren tenemos servicios webs (Jimdo, Wix, entre otros) que de forma gratuita nos permiten hacer un sitio web aceptable. Pero iré más lejos, por 5 euros mensuales -menos de lo que seguramente nos gastamos en móvil- podemos tener incluso una tienda on-line. ¿De verdad es tanto perdir?

Para acabar, terminaré con una anécdota personal: hace mucho tiempo le pedí a mi padre, un humilde pero profesional fontanero de los que ya no quedan, que me pusiera en casa un grifo termostático -si de esos que sale el agua a la temperatura que quieres-. Aquí comenzó mi largo período de hija cansina que todas las semanas le recordaba el grifo. Me costó pero por fin un día llegó a casa con las herramientas y el gran invento de la grifería. Desde entonces, todos los días cuando se ducha me dice "qué maravilla, hija, que alegría tener lo que pongo todos los días en otras casas". Ahí está el kit de la cuestión. Aunque sólo sea por el gusto personal, por favor actualizar vuestras webs, seguro que vuestros ojos os lo agradecen.