Mi amiga, mi compañera, mi confesora, mi madre a ratos y mi hermana mayor en muchos otros pero ante todo María. Esa chigui que hoy oficialmente y mañana de forma mucho más especial celebrará que la vida sigue, que la vida siempre nos tiene preparados grandes momentos y que podemos -y debemos-seguir sonriendo siempre ante todo lo que está por llegar.
Me es difícil encontrar las palabras adecuadas para expresar aquello que quiero. Para aglutinar tantas experiencias, emociones, sentimientos y vivencias en las que, de una forma u otra, María ha sido testigo, parte o consejera. Tantas situaciones que ahora se concentran en un momento mucho más especial en el que quiero que llegue pero no que pase para no perderlo mucho.
No solo una gran persona seguirá compartiendo tu proyecto de vida como hasta ahora pero con un papel por el medio sino que además el peque añadirá más alegría para consolidar una familia de la que solo tengo buenas palabras. Una familia a la que le deseo tanta felicidad que no sepan si viven o sueñan.
Así, sirva este humilde espacio como una forma más de dar mi más profundas felicitaciones y volver a decir: ¡Qué vivan los novios!
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