viernes, 24 de enero de 2014

A veces tenemos lo que pedimos a gritos

Hay días en los que pienso que años de evolución humana y conquista de derechos humanos y, en especial, para la mujer no sirven para nada. Días como hoy, donde veo que seguimos siendo los mismos objetos que lo eran las bailarinas de danza del vientre en la antigua Roma o las sirvientas de los Faraones. Días en los que vemos que parece que no hemos adelantado nada.

¿Y por qué digo esto? Por las azafatas despampanantes que han sido noticia del Fitur. Dos mujeres que han abierto titulares en muchos medios no precisamente por su inteligente verbórrea sino más bien, por el canal que tenían entre sus dos pechos. Una lástima ver cómo babeaban los hombres a su alrededor y todo tipo de personalidades posaban con ellas cual trofeo.

Asqueroso, totalmente. Pero no solo por el lado de los que posan alegremente con ellas sino también por ellas mismas. Lo siento, pero no entra en mi cabeza como una mujer es capaz de prestarse a semejante patomina que lo único que consigue es seguir denigrando la imagen del resto de mujeres.

Muchos me dirán "es su trabajo". Vale respetable, no tengo nada en contra de las azafatas al igual que no lo tengo de los azafatos si fueran unos profesionales, no unos objetos. Lo que me fastidia por no decir algo más burdo, es que sus trajes sean dos tallas menos y su escote más grande que mi cabeza. Y que el único objetivo de esto atraer las babas de los visitantes.

No me importaría que estas chicas fueran así por la calle. Si es su gusto y quieren lucirse ¿Por qué no hacerlo si ellas se sienten a gusto? Lo que me revienta es que vayan vestidas así por dinero. Para que otros no miren más lejos de sus pechos y eso abra telediarios. Esto es lo que me jode que después de tantos años seguimos siendo los mismos objetos y lo permitamos.

Vuelvo a mencionar mi títular "a veces tenemos lo que pedimos a gritos". Cuando pedimos que no se nos trate como objetos, que se nos pague igual que a los hombres o defendemos que somos iguales, habría que añadir una lista de obligaciones, entre ellas, dejar de ser objetos voluntariamente. Igual solo así conseguiríamos que algunos pensarán que realmente somos iguales.

PD: He decidido no poner ningún enlace a las imágenes que están por todos lados para evitar dar desde mi blog una visita a los que utilizan a estas mujeres para tener más audiencia. Quien quiera verlo, tiene otros medios.

1 comentario:

  1. Tienes mucha razón primero tenemos que valorarnos nosotras mismas para que los demás nos valoren. Ya está bien que la mujer sea siempre una imagen para vender. Somos mucho más que eso somos inteligencia, sensibilidad, sentimiento, creacion, explosion somos todo aparte de belleza pero la belleza que irradiamos por dentro que se ve por fuera

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