martes, 20 de agosto de 2013

Aste Nagusia y su inicio social

Estos días se celebra en mi Bilbao la Aste Nagusia o Semana Grande. Unas fiestas que para mi tienen un carácter especial pero que más allá de eso son el resultado de un sentir general y social. Un sentimiento que ha demostrado que cuando se quiere, se puede.

Durante los años de franquismo que sumergieron a España en una dictadura, las fiestas de Bilbao no eran más que toros y teatros. Unas fiestas de ricos que dejaron de serlo en 1978. Gracias a un concurso popular organizado por el Ayuntamiento de Bilbao y El Corte Inglés, el proyecto de Txomin Barrullo salió adelante pocos días antes de las fiestas. 7 millones de pesetas de la época que llegaron en el último momento eran el presupuesto para organizar unas fiestas sociales. El resultado fue todo un éxito.


Las agrupaciones de diferentes barrios bilbaínos se fueron sumando y ya en 1979 la bajada desde Begoña al Casco Viejo aglutinaba a miles de personas cantando y bailando. Solo hacía falta tener un música y una vestimenta unificada para poder asistir a la cita. Por desgracia, la bajada ya no es un hecho en la Aste Nagusia.

Así, dieron el pistoletazo de salida. Un momento al que no quiso falta desde el primer momento la Mari Jaia. Esa señora con los brazos en alto es el símbolo más famoso de la fiestas, una señora creada en 1978 por Mari Puri Herrero en tan solo 5 días. Gracias a ella, Kepa Junkera compuso otro de los símbolos de la Aste Nagusia, "Badatos Mari Jaia".


Los años siguieron pasando y han consolidado unas fiestas que más allá del carácter lúdico, tienen un afán social. Miles de personas se afanan durante una semana para que todo salga bien; para que tanto niños como ancianos disfruten de 24 horas de Txosnas, música, bocatas, espectáculos, actuaciones y bebida; para que en definitiva, la fiesta no pare en ningún momento. Y lo consiguen.

Digno de destacar me parece que se sigue apostando por la figura de la mujer con la Txupinera como máximo exponente junto con la pregonera que este año también ha sido una mujer. Como descubro sin saber la txupinera era:
"Un antiguo empleo municipal bilbaino, vinculado exclusivamente a mujeres y que según parece se transmitía de madres a hijas, consistía en avisar a los vecinos de la Villa mediante el disparo de varios “chupines” de las grandes solemnidades populares".
Curioso empleo y personaje que tantos problemas ha traído este año por cuentos de los de siempre. Por suerte, la fiesta continúa y aunque los que peinan canas, dicen que ya no es lo que era, yo no veo muchas diferencias. Simplemente sigo viendo una fiesta que se han creado por el pueblo y son para el pueblo. Una prueba más de que cuando se quiere, se puede. ¡Gora Aste Nagusia!

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