domingo, 17 de marzo de 2013

El neardental no se ha extinguido


Pese a lo que pueda decir la ciencia, os aseguro que ayer vi con mis propios ojos tres especímenes que bien podrían estar expuestos en el Museo de la evolución de Burgos. En fin todos unos neardentales del siglo XXI.

Sus comentarios tan soeces como sus actitudes me dejaron boquiabierta. Pensaba que en pleno 2013 ese tipo de hombres ya no existían pero parece ser que el reducto sigue vivo. Vamos con ejemplos reales para que veáis con vuestros propios ojos a quien me refiero:

"No sé donde pretende entrar esa con ese pedazo culo"
"Ahí vienen jacas, un como huele a mujer"
"Eso eso que entren que aquí estamos los machos"

Me bastaron esas 3 frases y alguna más que sinceramente he preferido o, mejor dicho, mi memoria ha preferido borrar, para ver que estaba antes 3 neardentales.

En el primer caso, la chica en cuestión no tenía un culo más grande que una talla 46 lo cual me hace pensar que yo también soy una tía que no tiene derecho a existir ni entrar en aquel bar por tener las curvas más acentuadas que otros. Eso sí me reconforto saber que ni me mirarían.

En el segundo caso, llegaron varias chicas mucho más delgadas que la anterior, por supuesto. Lógicamente las chicas eran espectaculares e iban de punta en blanco. No podía ser de otra manera para unos hombres que practicaban el canibalismo del siglo XXI. No me quedé a verlo pero con un poco de suerte ni les mirarían.

En la tercera frase fue cuando se vinieron a arriba. 3 hombres que de Adonis bastante poco tenían, sacaron su ego más interior para celebrar lo Buenos que eran. En ese momento pensé que si tan buenos, guapos y simpáticos eran no se que hacía a las 2 y media de la mañana buscando "jacas" como si les fuera la vida en ello. La única razón que se me ocurrió es porque eran de otra época. Neardentales.


1 comentario:

  1. El Neardental existe porque se reproduce, si no se extinguiría al cabo. Detrás de las palabras zafias, las objetivaciones, los descréditos y el te-compro-al-peso-buena-moza, hay una mujer que lo admite, lo asume y se deja "querer" por semejantes ejemplares rupestres. Son mujeres llavero, jarrón o cenicero, que se las pone en el lugar que han querido ocupar al ir de la mano (o atadas con cencerro, que el cabrero neardental tiene sus formas de sacar a pastar al ganado de jacas) de quien no las sabe valorar y las desprestigia con sólo existir con tanto machismo gratuito. El macho alfa existe y existirá siempre y cuando la mujer del neardental le ría las gracias, le planche la ropa, le cuide la progenie y se asegure de que, al fin y al cabo, tiene su gracia aquello de ser gilipollas.

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