viernes, 18 de mayo de 2012
Malas pulgas matutinas
Dicen que si una mujer es guapa cuando se despierta, es bella en cualquier circunstancia. Con este dicho por delante ahora entiendo porque soy del montón. Mis despertares son épicos y no porque sea como la Cenicienta que se levantaba cantando entre pájaritos sino porque me parezco más a la bruja de Blancanieves.
Soy incapaz de levantarme con un despertador y pensar: "¡qué bonito es el mundo, voy a comermelo!". No puedo, no puedo. Quizás, después de mi PAM (período de adaptación al mundo) soy capaz de coger el mundo con las manos pero en la primera media hora me cuesta hasta articular palabra. Cualquiera que me haya visto despertarme sabe de lo que hablo.
Y es que no entiendo las personas que son capaces de levantarse y ponerse a hablar, comentar las noticias, sonreír... vamos hacer cualquier cosa que para mi requiere un esfuerzo sobrehumano en los primeros minutos matutinos o vespertinos, depende como se haya dado el día y/o noche. Cualquiera que lo consiga sin esfuerzo es un heroé para mi.
En fin que soy de malas pulgas en las primeras horas del día. No lo puedo evitar. Pasados esos horrosos minutos vuelvo a ser yo. Dos personas en una, oiga como el Carefour :-)
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