Esos momentos en los que no sabes ni qué decir. Esos momentos en los que cualquier palabra está fuera de lugar pero sabes que es necesario decir algo para intentar dar tu apoyo y ternura pero sabes que nada de lo que digas ayudará.
La fuerza de las palabras a veces no sirve para nada. Aquellas todopoderosas expresiones filosóficas que inundan Facebook son solo una teoría que no es válida para la vida: aquellos momentos que marcan un antes y un después en nuestro presente y futuro.
En esos momentos en los que está claro que cualquier expresión no compensará. Es ese momento en el que un abrazo vale que más que mil palabras y ni aún así serán todo lo consolador que debería.
Qué complicado es hacerse mayor y ser consciente de lo que pasa a tu alrededor. Qué complicado es tener muchas ganas de obrar un milagro y no tener ese don que ayude a mitigar el dolor y evitar que las desgracias pasen a quien menos debería. Qué difícil es tener una dosis de dura realidad y que no tengas palabras para la ocasión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario