Hay años redondos, que acaban y piensas: "buf quiero otros 365 días así". Otros que nunca ves cuando van a acabar. Y otros en el que la sensación es de amor-odio, un sentimiento agridulce, momentos de sombras combinados con otros de luces de felicidad que no sabes cómo definir. Así ha sido mi 2016.
Empezó mal. Fatal. Nunca he llevado bien las pérdidas y mucho menos las de la gente luchadora, sonriente y valiente con la vida. Esa gente que sabes que le ha llegado el momento pero que te parece tan injusto que no lo quieres creer. En fin, te echamos de menos, Vicente. El año no quiso parar de llevarse gente: abuelos, abuelas, tíos de amigos... Demasiadas para un solo año y suficientes para darte cuenta que te haces mayor y eso se nota.
Pero bueno no todo fue malo. Y menos mal. El 2016 ha traído consigo también muchos momentos que se quedan en la retina. Por mencionar algunos me quedó con un árbol de bengalas en forma de tarta en el que detrás aparecían resplandecientes Aroa y Javi, las lágrimas de emoción de mi prima Cristina mientras leía, el "se va a caer el niño" mientras lo daban todo María y Raúl y las risas con las fotografías absurdas con César e Inma. Y para mi el más especial -con todos mis respetos, por supuesto- el momento en el que Nico cortaba la tarta con la espada de Gandalf y al mirar a mi alrededor veía a casi todos aquellos que más quiero. Y si seguro que a estas alturas os habéis dado cuenta que todos esos momentos pertenecen a bodas. Porque, efectivamente, ¡este ha sido el año de las bodas! Muchas pero nunca suficientes si eso consiste en ver a amigos y familiares felices y compartir grandes momentos con ellos.
Tampoco me olvido de la travesía a, literalmente el culo de España, donde no solo vi Orcos y Hobbits sino también descubrí con lo poco que se puede ser feliz y la infinita hospitalidad del ser humano. ¡Qué gran aprendizaje de Whiri!
Por supuesto mi mención especial también a todas esas buenas noticias en torno a las vidas que han traído este 2016 ¡Y las que están por venir! Porque espero que 2017 llegue muy cargado de esa felicidad para muchos que así lo desean :-)
Y acabo deseando seguir siendo el burrito sabanero que cada año recorre el camino de los días con aquellos que, aunque no siempre les vea, están ahí. Gracias a todos. Nos vemos en un 2017 que promete ;)