domingo, 31 de enero de 2016

Sin palabras

Esos momentos en los que no sabes ni qué decir. Esos momentos en los que cualquier palabra está fuera de lugar pero sabes que es necesario decir algo para intentar dar tu apoyo y ternura pero sabes que nada de lo que digas ayudará.

La fuerza de las palabras a veces no sirve para nada. Aquellas todopoderosas expresiones filosóficas que inundan Facebook son solo una teoría que no es válida para la vida: aquellos momentos que marcan un antes y un después en nuestro presente y futuro.

En esos momentos en los que está claro que cualquier expresión no compensará. Es ese momento en el que un abrazo vale que más que mil palabras y ni aún así serán todo lo consolador que debería.

Qué complicado es hacerse mayor y ser consciente de lo que pasa a tu alrededor. Qué complicado es tener muchas ganas de obrar un milagro y no tener ese don que ayude a mitigar el dolor y evitar que las desgracias pasen a quien menos debería. Qué difícil es tener una dosis de dura realidad y que no tengas palabras para la ocasión.

viernes, 29 de enero de 2016

De opiniones y culos

Si cuando un refrán es popular está claro que es por algo. Y es que como dice el dicho "las opiniones son como los culos; todo el mundo tiene una" pero hay muchas más coincidencias que quizás no habíamos pensado.

Hay culos duros, blandos, peludos, pequeños o grandes. Culos para todos los gustos igual que las opiniones. Perspectivas de cualquier tema que no son mejores ni peores sino únicas.

Cuando nuestro trasero se pone a sonar en forma de pedo, en la mayoría de los casos no sabemos qué va a pasar: ¿Olerá? ¿Será el antecedente de algo peor? Justo lo mismo que pasa con las opiniones. Las soltamos y ahí quedan como una antesala de algo imprevisible.

Pero no es la única coincidencia. Los culos los solemos llevar tapados -y más ahora en el invierno que cualquier duerme con él al aire- y de repente, en nuestra intimidad lo asomamos. Ahí están las opiniones que juegan en el mismo terreno privado aunque hay veces que se pasan a lo público y ahí podríamos volver de nuevo al párrafo anterior.

Y seguimos. ¿Lo que da de sí el tema, verdad? Pues sí porque lo cierto es que la sabiduría del refranero español no tiene paragón -aunque pido perdón porque la mitad de las veces innovo y me lo invento-. En fin. El culete también tiene un componente de sorpresa interesante. Ese momento en el que no quieres, no debes y lo sabes pero no puedes evitarlo y salió el pedo, digo la opinión. Vamos ambos.

Pero claro una cosa es opinar -o mostrar el culamen- y otra bien distinta hacer que esas declaraciones en forma de palabras o pedos sean las únicas importantes, interesantes y posibles. Pues lo siento pero ya que todos tenemos opinión y culo, ninguna de las dos cosas es nada particular ni más válida que la de al lado. Y sí, a veces es mejor contenernos por lo que pueda pasar.