martes, 25 de septiembre de 2012

Mis dummies tecnológicos Vol. II

Como ya hablé hace un tiempo, el mundo me rodea de dummies tecnológicos que me encantan y me sacan una sonrisa día a día. Además, ellos son los que me hacen mejorar día a día porque, en parte, es para ellos para quién escribo en mi trabajo.

Hoy dedico este segundo volumen a mis padres. Ellos lo intentan pero la tecnología avanza más rápido que su capacidad de asimilación y se pierden. Estas son las pruebas con todo mi cariño y con el único afán de demostrar sus esfuerzos. Allá van dos anécdotas:

El folio doblado

Nueva impresora en la mansión Cabezudo. Mi padre y mi hermana se disponen a conectarla y ponerla en marcha pero la impresora no quería funcionar correctamente. Drama en casa y consecuente llamada a Vero.

Al hablar con mi padre e intentar darle una solución, llegó su arranque de sabiduría tecnológica:

- Vero, he pensado que puede haber una razón por la que no imprime bien -.

Me dejo helada, mi padre con una solución tecnológica. El hombre que no sabe mandar un sms tiene la solución contra las impresoras, quizás los productos tecnológicos más peleones de la informática.

- Ah, sí? Pues dime
- Pues que creo que el problema es que no doblamos la hoja
- ¿Doblar la hoja? ¿Qué hoja?
- Pues la que aparece en el dibujo de la impresora

Lo siento, me entró la risa. Mi padre estaba viendo el dibujo grabado en la propia impresora. El pobre creía que había que doblar el folio por la punta y de hecho, mientras hablaba conmigo por teléfono lo estaba haciendo, según me contó después mi hermana.

La algarroba 

La historia de la algarroba de mi madre es única también. ¿Y diréis qué es una algarroba? Pues una @ de toda la vida pero en versión Juliana. La mujer por más veces que se lo he repetido la @ es algarroba y Movistar es Movilestar. No hay más.

En fín a lo que vamos. Después de la sesión informativa que le dí la primera vez que me enseñó un correo electrónico, llegó otro día y me dije:

- De verdad, tu hermana no sabe. Le digo que tiene que escribir a algarrobagmailpuntocom y me dice que eso no puede ser que le falta algo. Es que no se entera.
- Ama, lo siento pero es que le falta algo delante
- ¿Cómo que le falta? Pues no lo entiendo
- Un correo electrónico no puede empezar por algarroba
- ¿Por qué? - me dice indignada -.
- Pues porque el señor que lo inventó dijo que tenía que poner algo delante, algarroba en medio y después otra cosa.
- Vaya pues no lo entiendo, me parece indignante

Creo que estuvo a punto de hacer una manifestación porque la algarroba no podía ser el primer símbolo de un e-mail.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Masturbación y dimisión

Veo con asombro la noticia de Olvido Hormigos. Una concejala del PSOE en Castilla la Mancha que ha llevado -o le han llevado- demasiado lejos un vídeo privado. En el vídeo en cuestión, la política salía masturbándose y ha sido por ello por lo que directamente iba a dimitir -finalmente no lo ha hecho-. Hasta ahí, bueno más o menos comprensible ya que su imagen pública estará dañada de por vida. Pero ¿es necesario llegar tan lejos?

Que levante la mano el que no se ha masturbado. No veo ninguna bajada. Ahora el que lo ha hecho para su pareja, esposo. Sí, seguro que todavía hay manos levantadas. Y por último, el que haya grabado un vídeo íntimo de sus relaciones. Aquí no habrá ninguna mano levantada, no vaya a ser que nos juzguen. Pero si señores, hay muchas personas que hacen esto y de momento, no es delito y no deja de ser una experiencia privada para los adultos. Sin embargo, hay que dimitir por hacerlo.

¿Y qué pasa con los que roban? Claros ejemplos tenemos en España con escandalosos casos como el de Camps y sus trajes, Urdangarin o Marichalar. Pero no señores, a ellos nadie les va a ir a decir: "perdona, ladrón, dimites o ¿qué?". Muy al contrario, se les defiende a capa y espada o cuando no tienen escapatoria, se les manda a otros país a que se relajen las aguas.

Menos mal que finalmente esta historia no ha acabado en dimisión porque gente coherente ha apoyado a la política y ha demostrado tener un poco de educación al no difundir un vídeo privado. Desde aquí mi apoyo #olvidoestamoscontigo más allá de los líos sentimentales que tenga o no que eso de nuevo, es cuestión suya.

martes, 4 de septiembre de 2012

Antitabaco


Lo confieso. Soy una radical con el tema del tabaco. No me importa admitirlo y soy consciente de ello. Años y años de fumadora pasiva con mi madre me han hecho odiar los cigarrillos. Pero no es el tabaco lo que más odio sino algunos fumadores.

Aunque no comparto la idea de que fumar te haga más cachi, sea más molón o sea simplemente sea algo que se hace por costumbre social, parto de la idea de que no voy a acabar con el tabaco. Hasta ahí perfecto. No me gusta pero no lo puedo cambiar como tantas otras cosas. Pero a partir de ahí me encuentro con algunos, insisto en el algunos, fumadores que por el mero hecho de fumar se creen que tienen más derechos que tú.

El primero y que más me repatea es el salir a fumar en el trabajo. Hola soy fumadora y tengo 10 minutos de descanso cada 2 horas. Hola no soy fumadora y casi me tengo que poner sonda para no tener que levantarme de la silla. Vale, no es mi caso pero si el de compañeros que no me pillan tan lejos. Una injusticia en toda regla que no entiendo.

Segunda cuestión. Ahora que no se puede fumar en los bares, toca el momento de las terrazas. Lugares invadidos por fumadores. Vale hasta ahí correcto, no tengo la obligación de sentarme a su lado. Sin embargo, si por cuestiones de la vida me toca sentarme ahí, ¿por qué me tengo que tragar su humo? No será el primero que me ha dicho "Lo siento chica, en la terraza puedo fumar y no voy a apartarme porque te moleste". Gracias, señor fumador y luego tengo que ser yo la tolerante. En fin.

Fumadores vs no fumadores, ¿dónde no sentamos?. Este dilema que he tenido tantas veces -mi madre es una cabezona como una servidora- me ha hecho tener que ceder y sentarme en un lugar rodeado de fumadores. ¿Por qué? Simple y llanamente porque un fumador no puede dejar de fumar un rato y una no fumador si puede comerse el humo de los demás. Así de injusta es la vida.

Cuarta cuestión. Vale en los bares no se puede fumar -gracias Zapatero por esa magnífica ley- pero todavía hay sitios en los que la ley se la pasan por los bajos fondos. Otra forma de intolerancia con los demás. Pero bueno reconozco que no es la que más me duele pero me fastidia.

Como he dicho al inicio soy una radical, nazi incluso me atrevería a decir, en estos temas. Aún así entiendo que la gente fume aunque no lo comparto y alabo a la gente que te pregunta "¿Puedo fumar?" o "Espera que me aparto que quiero fumar" porque gracias a quien sea también hay fumadores tolerantes. Y muchos.