sábado, 30 de marzo de 2013

Google Reader

Hace unos días, quién dice días dice semanas, Google anunció que el 1 de julio cerraría su lector de feeds, Google Reader. Seguramente para la mayor parte de la humanidad este hecho es bastante menos importante que lo que le pasa a la vecina del quinto. No obstante, a mi me hundió pese a todas las alternativas que hay y que algunos consideren esta actitud una tontería.

Desde que empecé en esto de Internet y la Red de redes, Google Reader ha sido mi compañero de viaje. Primero a nivel personal y después profesional para aglutinar allí las fuentes desde las que me nutro a diario. Pero nada en unos meses tendremos que decirle adiós.

Parece ser que el verdadero motivo por el que Google Reader cerrará la persiana es el coste que supone. Sinceramente no tengo ni idea lo que puede suponer este servicio a Google pero esto segura que por una cantidad lógica muchos estaríamos dispuestos a seguir nutriéndonos de la herramienta. De hecho, si solo el 1% de los que firmaron la petición de "No cierre" de Google Reader, entre ellos una servidora, pagarán 1 euro mensual, el gigante de las búsquedas se llevaría unos 14.000 euros bien ricos. ¿Es tan descabellada la proposición?

Pero nada parece que Google no ha contemplado esta salida. No obstante, todavía no está todo dicho. Quizás unos días antes del anunciado 1 de julio, veamos un cartel de prorroga en el que Google se apiada de todo los que usamos el servicio. Al menos ese es mi deseo y sino estoy dispuesta a pagar ese 1 y si me apuras un poco más por seguir usando Google Reader. Es un ejemplo práctico por el que estoy dispuesta a pagar en Internet.

Y tú, ¿Usas Google Reader? ¿Qué te parecería pagar por él? ¿Por qué servicios pagarías en Internet?

miércoles, 27 de marzo de 2013

Manías tecnológicas


Está claro que la tecnología nos ayudado mucho. Desde una lavadora a un teléfono pasando por cualquier soluciones, servicios o producto tecnológico. Sin embargo, con el paso del tiempo determinadas funciones se convierten en crispantes o se hacen tan habituales que se transforman en manías personales.

Seguro que la lista es diferente para cada uno de vosotros, pero aquí os dejo mi ránking de pequeñas tecnologías o hábitos tecnológicos que pueden conmigo o visto de otra forma, pequeñas manías tecnológicas. ¿Cuáles son las vuestras?

Sonido y vibración de menús

En mi top 1 están los sonidos de menús de teléfonos, tablets o cámaras fotográficas. No puedo con ese sonidito o vibración dependiendo las preferencias de cada dispositivo que de modo repetitivo se te incrusta en los oídos. Por eso siempre apagado.

Papelera siempre vacía

Reconozco que está es otra de mis manías personales pero ahí está. No me gusta nada ver una papelera de Windows llena. El simple hecho de ver el icono con papeles -una tonteria sea dicho de paso- me agobia y siempre tengo que acabar dándole al botón derecho y "Vaciar papelera".

0 e-mails no leídos

Esto forma parte también de mis manías. No me gusta ver que en mi bandeja de entrada haya más de un correo electrónico o al menos, 2 leídos. El resto o estarán en la basura o serán muy importantes para no ser leídos.

Letra modo Barco de Vapor

Lo siento, vengo defectuoso de fábrica por lo que tener que joderme más la vista de lo que lo hago a diario delante de un ordenador, no me apetece. Es por ello que siempre que puedo aumento el tamaño de la letra de cualquier web o programa. Eso me ha llevado a numerosas bromas pero vaya soy mucho más feliz.

Politonos

En su momento fueron lo más pero ahora ya no. Todavía hay personas que insisten en utilizar canciones cómicas, frases famosas o sonidos en forma de tono para su smartphone pero realmente es algo que también me saca un poco de mis casillas. 

Gifs animados

Más allá de su función cómica, que dicho sea de paso me gusta, el resto de los gifs del universo creo que no tienen ningún sentido. ¿Para qué queremos ver un pato andando en una web mientras esperamos a que se cargue? Lo que realmente quiero es que la página cargue, el resto me sobra.

Fecha en fotografías

Muchas personas tienen la manía de poner la fecha en las fotografías. Una función automática en muchas cámaras que nos pueden ayudar a contextualizar cuándo se hizo la instantánea pero que prácticamente en todos los casos lo único que hace es aportar basura a una imagen que puede ser la fotografía de nuestra vida.

Botón non-stop de impresoras

Vaya por delante que considero que las impresoras son un invento del mismísimo diablo. Me parece un dispositivo, que por más que lo intentan las marcas, no deja de dar siempre problemas.
No obstante, este última manía creo que puede ser la más aceptada por todos. No entiendo porque las impresoras no hacen prácticamente nunca caso cuando se le pide que interrumpan una impresión, hagan el trabajo a dos caras o saquen la imagen en blanco y negro. Es difícil conseguir que a la primera una impresora haga lo que queremos. Lo dicho máquinas del diablo.

[Actualización]
iTunes

Se me olvida uno de los programas que más odio de la industria tecnológica, el iTunes. Me parece otro invento del diablo que junto con las impresoras dará igual las veces que lo utilice que siempre tendré problemas. Apple ¿De verdad es tan complicado hacer un programa para gestionar bibliotecas más sencillo? Parece ser que sí.

Autocompletar de Google

Lo siento a medida que pasan los días me acuerdo de más. Debo ser muy maniática :-) El caso es que el autocompletar de Google me saca de quicio. Si yo busco "camisas" es porque quiero ver los resultados de "camisas", no de "camisas comprar". A ver si lo entiendes Google que cuando te pones, eres de un cansino...

domingo, 24 de marzo de 2013

Por qué pagar por informarnos

El otro día discutía de forma pacífica con un antiguo compañero de Máster sobre la situación del periodismo. Más allá de lo filosóficos que nos pusimos, realmente me dí cuenta que algo evidente, salvo excepciones: la gente pide un periodismo riguroso, serio, sin partidismo pero no quiere pagar un duro por él. Pues lo siento, señores, eso es una utopía.

Tanto las empresas periodísticas como los periodistas tenemos una descabellada manía: queremos cobrar por nuestro trabajo. Sí, igual que el fontanero cobra cuando repara un grifo o el funcionario de turno se gana honradamente su sueldo tramitando expedientes, los periodistas tenemos este pequeño inconveniente; todos los meses tenemos que pagar las facturas y tenemos que comer. Efectivamente como el resto de los mortales.

Es por ello que las empresas periodísticas -cuidado, no digo periódicos o radios porque ya proyectos de esa índole realmente quedan pocos- necesiten sacar provecho del trabajo de sus empleados, es decir, los periodistas. Además de ello tienen que pagar unos gastos. Así, es difícil que el aire dé todo el dinero que se necesita y sea imprescindible buscar otros caminos.

Las fórmulas son múltiples pero se pueden resumir en dos: publicidad o contenidos de pago. Las variantes pueden ser diferentes pero en el fondo poco más se puede hacer por sacar adelante esta industria. Sin embargo, cuando se da una información gratuita con publicidad los usuarios se quejan y cuando se pone una tarifa por una noticia, estos ponen el grito en el cielo. Está claro que esto son generalidades pero que os aseguro que son opiniones que llegan todos los días a los medio de comunicación.

El problema viene cuando se extralimitan con las ansias de ganar dinero. Por supuesto, hay empresas que van más allá de sacar dinero para pagar los gastos que genera un negocio. Solo hay que mirar los beneficios de Prisa con un ERE por medio que se llevo a media plantilla para darse cuenta que no es oro todo lo que reluce. Pero todavía hay un poco de ese mineral amarillo en materia de periodismo y es aquí donde entrar mi cuña publicitaria porque considero que como dicen ellos es "Periodismo a pesar de todo" y de calidad.

Eldiario.es, periodismo a pesar de todo

El proyecto periodístico con Ignacio Escolar a la cabeza atrajo mi atención desde el primer momento. Comenzó siendo un medio on-line que, como muchos otros, decía que quería mostrar otros enfoque, diferenciarse... Hasta ahí casi lo que cada día con los periódicos on-line que salen. Sin embargo, algo me llamo la atención. Desde Eldiario.es se ofrecía la posibilidad -nunca obligación y luego lo entenderéis- de colaborar con el medio con 5 euros al mes.

Después de ver su rodaje durante varios meses, me plantee pagar. Me gustaba el proyecto, sus miradas diferentes, su zona crítica y sus informaciones que dicho sea de paso, encajaban con lo que quería oír pero sin tapujos.

Finalmente, aposté por hacerme socia de Eldiario.es y no me arrepiento para nada. Los privilegios no son demasiados: anticipo de títulares diario vía newletter, comentarios destacados, encuentros con otros socios, la revista impresa recién sacada y algunas informaciones reservadas para nosotros. Entonces ¿por qué lo he hecho?

Primero porque creo que es un medio de comunicación que se merece mi dinero. Después de llevar años dando dinero a Vocento con El correo y Prisa con El País, creo que Eldiario.es me dará más gratificaciones que esos grandes medios tan partidistas para unas cosas y tan poco para otras. Además, porque como decía antes, creo que si un periodismo es digno, debemos pagar por él para que siga siéndolo y mejore. Y porque no vale de mucho quejarnos de esta sociedad, de nuestros altavoces en forma de periodistas y criticar siempre su mala profesionalidad, si luego somos incapaces de resaltar el buen quehacer de los que realmente saben de lo que hablan. Veáse algunos ejemplos.

En fin, no es el primero proyecto por el que pago en Internet, aunque si en el terreno periodístico. Y me siento orgullosa de comenzar esta andadura de pago si realmente son cuestiones que me van aportar valor, enriquecer como persona y en definitiva, crear una opinión y mostrar el mundo que no siempre puedo ver.

Así que la próxima vez que oiga a alguien quejarse por la publicidad de MuyCanal o decirme que los periodistas somos unos comprados le daré el link de este post y de paso, le pediré 5 euros por la lectura, quizás así salga de pobre ;-)

domingo, 17 de marzo de 2013

El neardental no se ha extinguido


Pese a lo que pueda decir la ciencia, os aseguro que ayer vi con mis propios ojos tres especímenes que bien podrían estar expuestos en el Museo de la evolución de Burgos. En fin todos unos neardentales del siglo XXI.

Sus comentarios tan soeces como sus actitudes me dejaron boquiabierta. Pensaba que en pleno 2013 ese tipo de hombres ya no existían pero parece ser que el reducto sigue vivo. Vamos con ejemplos reales para que veáis con vuestros propios ojos a quien me refiero:

"No sé donde pretende entrar esa con ese pedazo culo"
"Ahí vienen jacas, un como huele a mujer"
"Eso eso que entren que aquí estamos los machos"

Me bastaron esas 3 frases y alguna más que sinceramente he preferido o, mejor dicho, mi memoria ha preferido borrar, para ver que estaba antes 3 neardentales.

En el primer caso, la chica en cuestión no tenía un culo más grande que una talla 46 lo cual me hace pensar que yo también soy una tía que no tiene derecho a existir ni entrar en aquel bar por tener las curvas más acentuadas que otros. Eso sí me reconforto saber que ni me mirarían.

En el segundo caso, llegaron varias chicas mucho más delgadas que la anterior, por supuesto. Lógicamente las chicas eran espectaculares e iban de punta en blanco. No podía ser de otra manera para unos hombres que practicaban el canibalismo del siglo XXI. No me quedé a verlo pero con un poco de suerte ni les mirarían.

En la tercera frase fue cuando se vinieron a arriba. 3 hombres que de Adonis bastante poco tenían, sacaron su ego más interior para celebrar lo Buenos que eran. En ese momento pensé que si tan buenos, guapos y simpáticos eran no se que hacía a las 2 y media de la mañana buscando "jacas" como si les fuera la vida en ello. La única razón que se me ocurrió es porque eran de otra época. Neardentales.


domingo, 10 de marzo de 2013

La teoría del yogur de coco

El otro día mi compañero Rudy me contó una interesante teoría de un amigo suyo. Me parece tan interesante que creo que digna de ocupar un espacio en el blog. La titularé, con el permiso de su creador, la teoría del yogur de coco.

Y esta es la teoría. Una peculiar forma de ver las relaciones a través de los lácteos que tan poco me gustan:

Cuando vas al supermercado tienes una variada oferta de yogures; los hay de fresa, de limón, de manzana, naturales y el de coco. Con tanta variedad empezamos a fijarnos en la variedad y optamos por varias elecciones, entre las que no está el yogur de coco. 
Después de probar varios, nos quedamos con el que más nos gusta. Fresa, limón o natural, según los gustos. Somos felices con nuestro yogur. Nos lo comemos lentamente, lo saboreamos. Pero de repente se acaba. Ya no hay más. 
Justo ese es el momento de volver al supermercado. Un lugar donde el panorama ha cambiado. Ya no hay yogures de todos los gustos. Los mejores ya se lo han llevado pero todavía queda uno. Sí, es el yogur de coco.  
Aquel que ni nos planteamos escoger en un primer momento, se antoja ahora como una de las pocas soluciones. Entonces pensamos "bueno seguro que no está tan mal, hace mucho que no pruebo el coco, seguro que me gusta". Todo ello sabiendo a ciencia cierta que no te va a gustar. Pero mejor ese yogur que ninguno. 
Cogemos el yogur de coco y nos lo llevamos. Lo abrimos con cierta reticencia y lo probamos. El primer saboreo no es bueno pero nos decimos "bueno tendré que probar más que igual es solo el primer contacto". Y seguimos probando sabiendo que no nos gusta pero creyendo que es mejor quedarnos con ese yogur que sin comer.
Al escuchar la historia he de reconocer que me pareció un paralelismo muy bueno para explicar por qué todos hemos probado el yogur de coco. O seguramente, habremos sido el yogur de coco de otro. Sinceramente, no me preocupa haberlo sido porque al final todo yogur sabor coco tiene su cliente estrella. Ese que sabe apreciar, querer y cuidar convirtiéndolo en el mejor de los yogures.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Ana Mato y las ruedas sin preguntas

Plantón unánime de la prensa a Ana Mato. Periodistas españoles eso sí, corresponsales de Nueva York porque aquí en España ya sabemos que vamos a las ruedas de prensa aunque se den detrás de una pantalla. Aunque por supuesto, luego nos quejamos pero lo permitimos, salvo algunas excepciones.

En fin a lo que iba. Desde hace algún tiempo algunos convocantes de rueda de prensa, principalmente políticos, se han animado a hacer rueda de prensa donde no se permiten las preguntas. A raíz de forma de eliminar el papel del periodista como analizador de la información y portavoz de la sociedad, ha surgido el movimiento #sinpreguntasnohaycobertura #sinpreguntasnohayperiodistas y similares hashtag que han inundado redes sociales y medios de comunicación.

Sin embargo, el colmo de los colmos ha llegado con Ana Mato. La ministra de sanidad, servicios sociales e igualdad convocó a los medios de comunicación con motivo de la 57ª Sesión de la Comisión Jurídica y Social de la Mujer (CSW) de Naciones Unidas. Pero con una convocatoria que parece que se está convirtiendo en habitual entre los altos cargos de este país: sin preguntas.

A partir de ahí los corresponsales españoles en Nueva York comenzaron a difundir la noticia vía Twitter y asegurar que #sinpreguntasnohaycobertura. Un plantón generalizado estaba en marcha. Estos eran algunos de los tweets que mandaron los corresponsales:



La noticia llegó a oídos de los responsables de comunicación que media hora antes de la rueda decidieron admitir preguntas. Y por supuesto una de ellas fue directa a la prohibición de cuestiones. Estas fueron las palabras de Ana Mato:
"Estoy encantada de estar aquí con vosotros. Habrá habido un error en el comunicado. Me parece una buena práctica contestar a todas las preguntas aquí o en cualquier otro momento porque somos accesibles".

En fin, un cachondeo máximo que no se dignó ni en disimular. Una falta de respeto para todos los que somos profesionales de la información y cada día intentamos hacer nuestro trabajo de la mejor forma posible. Sin embargo, por desgracia no es un caso aislado. El gobierno del PP está popularizando, más si cabe, esta modalidad de rueda de prensa que lógicamente, desde la Federación de Asociaciones de Periodistas se rechaza rotundamente esta práctica.

Pero parece que esto les resulta indiferente a los convocantes. Vale que los periodistas seamos manipuladores, poco objetivos, unos comprados... Todos esos adjetivos ya los tenemos en mente y sabemos que la sociedad puede pensar eso, pero de ahí a que los máximos dirigentes de nuestro país nos traten como borregos que dan la información que ellos quieran, me parece que hay un abismo. Un gran agujero que nunca debemos intentar saltar. Por nuestra dignidad y ética profesional. Y ahí queda eso #sinpreguntasnohayperiodistas.

domingo, 3 de marzo de 2013

La discriminación positiva no me gusta

Soy feminista. No es la primera vez que lo digo. Busco la igualdad entre hombres y mujeres porque eso es ser feminista y lo intento llevar hasta el final, aunque a veces me toque discutir con alguno por tonterías. Si también soy cabezota por naturaleza. Aunque para ser sinceros otras veces caigo en las propias trampas de la sociedad y yo misma voy contra las mujeres. Pero prometo que intento que no sea así pero tampoco soy perfecta.

En fin a lo que iba, la discriminación positiva. Este concepto que se inventó para enmarca una serie de acciones encaminadas a proteger y favorecer a un colectivo que históricamente por cualquier causa fue discriminado. En este contexto nacen las políticas de discriminación positiva hacia las mujeres. Una normas legísticas que, aunque se crearon con una buen intención -así lo creo, al menos-, no me gustan. Y me explico.

Tan malo es discriminar a una mujer por ser mujer como ponerla por encima de un hombre, es decir, darle más oportunidades por ese misma razón. Es por ello que la discriminación positiva hacia las mujeres me parece realmente negativa y va contra nosotras mismas. Lo único que se puede conseguir así es que realmente los hombres que creen en esta igualdad nos tomen manía por ver como no somos iguales sino superiores. Además, vuelvo a la misma idea: se busca la igualdad no la superioridad.
Tan malo es discriminar a una mujer por el mero hecho de serlo que a un hombre por favorecer a una mujer. 
De esta forma, no creo que sea el camino para insertar a la mujer en el mercado laboral el de favorecer su puesto en la administración pública por ser mujer, o el de darle más credibilidad en los divorcios -creerme que sé de lo que hablo-. Lo siento no creo que estas sean soluciones. Lo lógico es que de una vez por todas se reconozca la valía de una mujer en un puesto de trabajo de la misma forma que se reconoce la de un hombre y por supuesto, con la misma remuneración. Lo lógico es que la casa, los hijos o el coche se queden con la parte que más se lo merezca sin importar su género sexual. Y los ejemplos podrían llegar a un sin fín de cuestiones lógicas que no lo parecen tanto si vemos las leyes.

Así, vuelvo a la idea inicial: el feminismo busca la igualdad y como tal, es lo único que pido tanto para bien como mal. Que si hay que subir una caja lo haga una mujer o un hombre en igual de condiciones -aunque no de genética, eso es evidente- al igual que si hay que pagar un puesto de trabajo. No todo puede ser bueno en esto de la igualdad aunque si la meta final: que todos seamos iguales.