Como ya hablé hace un tiempo, el mundo me rodea de dummies tecnológicos que me encantan y me sacan una sonrisa día a día. Además, ellos son los que me hacen mejorar día a día porque, en parte, es para ellos para quién escribo en mi trabajo.
Hoy dedico este segundo volumen a mis padres. Ellos lo intentan pero la tecnología avanza más rápido que su capacidad de asimilación y se pierden. Estas son las pruebas con todo mi cariño y con el único afán de demostrar sus esfuerzos. Allá van dos anécdotas:
El folio doblado
Nueva impresora en la mansión Cabezudo. Mi padre y mi hermana se disponen a conectarla y ponerla en marcha pero la impresora no quería funcionar correctamente. Drama en casa y consecuente llamada a Vero.
Al hablar con mi padre e intentar darle una solución, llegó su arranque de sabiduría tecnológica:
- Vero, he pensado que puede haber una razón por la que no imprime bien -.
Me dejo helada, mi padre con una solución tecnológica. El hombre que no sabe mandar un sms tiene la solución contra las impresoras, quizás los productos tecnológicos más peleones de la informática.
- Ah, sí? Pues dime
- Pues que creo que el problema es que no doblamos la hoja
- ¿Doblar la hoja? ¿Qué hoja?
- Pues la que aparece en el dibujo de la impresora
Lo siento, me entró la risa. Mi padre estaba viendo el dibujo grabado en la propia impresora. El pobre creía que había que doblar el folio por la punta y de hecho, mientras hablaba conmigo por teléfono lo estaba haciendo, según me contó después mi hermana.
La algarroba
La historia de la algarroba de mi madre es única también. ¿Y diréis qué es una algarroba? Pues una @ de toda la vida pero en versión Juliana. La mujer por más veces que se lo he repetido la @ es algarroba y Movistar es Movilestar. No hay más.
En fín a lo que vamos. Después de la sesión informativa que le dí la primera vez que me enseñó un correo electrónico, llegó otro día y me dije:
- De verdad, tu hermana no sabe. Le digo que tiene que escribir a algarrobagmailpuntocom y me dice que eso no puede ser que le falta algo. Es que no se entera.
- Ama, lo siento pero es que le falta algo delante
- ¿Cómo que le falta? Pues no lo entiendo
- Un correo electrónico no puede empezar por algarroba
- ¿Por qué? - me dice indignada -.
- Pues porque el señor que lo inventó dijo que tenía que poner algo delante, algarroba en medio y después otra cosa.
- Vaya pues no lo entiendo, me parece indignante
Creo que estuvo a punto de hacer una manifestación porque la algarroba no podía ser el primer símbolo de un e-mail.
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