viernes, 30 de mayo de 2014

Los buenos recuerdos que le niegan al resto

Escribo esta entrada con ganas de ayudar. Ayudar a Ana, una buena amiga, si ella me lo permite, que ha luchado mucho para que lo justo siga siendo una tónica en Basauri.


Hace muchos años que no voy a la Iglesia si no es por un motivo BBC (Boda, Bautizo o Comunión) pero aún así hubo un tiempo en el que iba. Y con ganas, señores. Con muchas ganas. Todo era por un buen hombre que nos hizo creer que la Iglesia era algo tan bondadoso, generoso y alegre como él. Pero que equivocados estábamos.


Gracias a ese hombre, José Luis, se instauró una bonita tradición en la Parroquia de Pozokoetxe (Basauri). Se trataba de la Recomunión. Una vuelta de tuerca a la tradicional Comunión con la que este cura juntaba a todos los niños que habían hecho el sacramento ese año. El objetivo que pudieran no solo celebrarlo con su familia como ya habían hecho, sino también con sus amigos.


La verdad que recuerdo aquel día con mucha emoción. No solo porque volví a ponerme mi vestido de princesa -que por cierto, me quedaba como una mesa camilla- sino también porque estuve con muchos de mis compañeros del colegio y en especial con el chico que siempre me gustaba -aunque todo sea dicho de paso, no me hizo ni caso :-(-. Un momento inolvidable.


Ese día volví a celebrar la Comunión con mi familia pero, en especial, con muchas de mis amigas y amigos que pudieron venir a la celebración en el monte Kobetas. Un día que recuerdo tan especial y en el que terminé de manchar y romper el vestido de tanto jugar y jugar.


¿Todo bonito hasta aquí, verdad? Pues precisamente ese gran día es lo que quieren arrebatar a unos niños que este año quieren repetir la tradición. Una celebración que no hace daño a nadie y precisamente lo único que hace es fortalecer los valores que predica la Iglesia pero que pocas veces sigue.


Lo siento, no lo entiendo. Puede que haya gente que le parezca una estupidez este tema pero a mi me parece tan estúpido que no se deje celebrar que no puedo más que demostrar en mi espacio personal, una vez más, mi más profundo desilusión con una Institución que hace mucho tiempo que no entiendo ni sigo. Y que con estos pasos lo único que consigue es que a mi causa se sumen muchos más partidarios.


Espero que sirva para algo y, al menos, los que dicen ser buenos pastores, se lo piensen dos veces.

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