viernes, 20 de septiembre de 2013

La niña que recomiendo llevar dentro

Quizás hablar del infantilismo como una virtud sea un tanto osado pero aún así en su justa medida lo es. Todos, sin excepción, llevamos un pequeño dentro, al menos, alguna vez lo fuimos y eso pasa factura. Y es algo tan sano como reírse, comer o llorar que recomiendo sacar de vez en cuando.

En mi caso, la niña está muy presente. No solo por mi afán por el mundo de los pequeñuelos sino también porque creo que es una forma de ver la vida de una forma diferente, menos aburrida, más imaginativa y sin tantas complicaciones.

Evidementemente, ser niño no es posible todo el día. Quizás si fuera posible, no sería tan bueno porque ya se sabe que "lo poco gusta y lo mucho cansa" y encontrar el equilibrio entre ser coherente, maduro y adulto no es incompatible con convertirse en un niño de vez en cuando y disfrutar. Y en eso estoy y así soy.

Pero ¿Qué hacer para sentirse un niño? Por supuesto, no es necesario montarse en un carrito o ponerse un chupete. Lo sé habéis respirado tranquilos eee ;-) Pero bueno desde mi modesta posición os dejaré mis pequeños placeres que me hacen ser una niña. ¿Cuáles son los vuestros?:

  • Comer un golosinas o lo mejor, un Kinder: es una cosa que hago muy poco a menudo pero me encanta. El último Kinder que me comí no fue hace mucho y de hecho, fue la inspiración de este post. Y lo siento, prefiero el modelo de verano y lo que más me gusta es hacer las sorpresas aunque últimamente están de un sofisticado...
  • Montar en un columpio: vale, es verdad, no es todos me entran el culo pero lo intento cuando no hay niños en el parque. El caso es que volver a notar la sensación de movimiento me ayuda a olvidar el estrés y hasta los problemas.
  • Visitar/ver infantiladas: Disneyland Paris, Cortilandia o Warner son algunos de los ejemplos. No soy de parques de atracciones pero esos lugares me hacen convertirse en una niña grande. Y todavía quedan muchos por recorrer como el Museo de Ratón Pérez. En esta categoría también incluyo las películas tipo Cenicienta o Buscando a Nemo, mi debilidad con Dori y las gaviotas.
  • Saltar en una cama elástica: debo decir que hace mucho que no lo hago pero siempre me ha encantado y trasladado a las fiestas cuando hacía cola para entrar mientras mis padres me guardaban los zapatos. La piscina de bolas también me vale y por eso estuve el otro día metida en una.
  • Catálogos de juguetes: otra de mis debilidades es mirar los catálogos de juguetes, sobre todo, el de El Corte inglés. No me digáis por qué pero ese folleto es el que más cariño tengo y siempre le pido a mi madre que lo coja. Si es una frikada, lo sé.

Con esto no pretendo motivar a nadie a vivir en el País de Nunca Jamás pero si a visitarlo de vez en cuanto y saber que sigue ahí con grandes cosas que descubrir. ¿Te animas?

1 comentario:

  1. ¿Y lo qué mola? jajaja
    A mi también me encanta ser niña y no lo veo nada negativo, la vida es demasiado difícil como para no disfrutar de las pequeñas cosas que nos hacen felices ;-)
    Mi hermana y yo hacemos 'me lo pido' con los catálogos de juguetes. Cada una pone las pegatinas que vienen a los juguetes que se pediría, jajaja
    Adoro Cortilandia y cantar la canción y los dibus es lo mejor de la tele y del cine! jajaja
    Muak!

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