domingo, 3 de febrero de 2013

Los regalos

Aprovechando que casi todavía estamos con la resaca de la Navidad y entramos de lleno en el mes de consumismo de San Valentín abordo el tema de los regalos que ya tocaba de soslayo hace un tiempo.

Vaya por delante que cada uno con sus euros puede hacer lo que quiera -faltaría más- y bien gastados estarán, pero no deja de llamarme la atención lo que relataré a continuación.

Últimamente por diversos motivos he hecho varios regalos y he llegado a la conclusión general -valgan las excepciones como en todo- que a la mayoría de la gente le importa más el contenido que el continente y me explico:

Pulsera 200 euros. Anillo 150 euros. Cuenta de restaurante 120 euros. Bolso 250 euros. Y así hasta un infinito de regalos que he visto pasar por delante de manos ajenas. Todo ello en tiempos de crisis cuando todos nos estamos apretando el cinturón y pocos están para florituras.

Por ello, mi pregunta es ¿Es necesario gastarse tanto para decir Te quiero, Gracias por estar ahí o Felicidades? Quizás me he quedado un poco en el pasado cuando le llevaba las manualidades a mis padres -horrorosamente hechas, por cierto- y me parecían el mejor regalo del mundo. O cuando le regale un cuadro con nuestra foto a mi hermana y todavía, muchos años después veo la imagen en nuestro cuarto.

Quizás el mundo ha cambiado demasiado y no me ha dado cuenta. ¿O son las personas? Seguramente un poquito de cada. Porque cada vez somos más consumistas, queremos más y lo dicho nos importa más el contenido que el continente. Y es una crítica aplicable a todos, incluyéndome por supuesto.

Y desde aquí lanzó mi pequeño mensaje: se puede decir lo mismo con un iPhone que con una rosa o un abrazo solo es necesario que llegué en el momento y con el sentimiento oportuno. Además no importa que sea 14 de febrero, 2 de mayo o 25 de abril. Todos los días son buenos para decir o mostrar el agradecimiento y amor a las personas que están ahí. Y ahí lo dejo para quién quiera reflexionar -o comentar :-).


4 comentarios:

  1. Estoy 100 % de acuerdo . Te añado algo: cada ocasión de regalar me asegura que lo que de verdad quiere la gente es que pienses en lo que de verdad, pero de verdad, les gusta. He regalado por 15 euros una inscripción a una carrera y sé que a esa persona le ha chiflado más que un bolso de 250 euros. Te sigo!

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  3. Aunque por lo general estoy muy de acuerdo contigo (tus dos decálogos y medio de la entrada de Me gusta / No me gusta podrían haber sido menos excepto por los churros vilipendiados, ups) he aquí que tengo que llevarte la contraria. No se puede decir lo mismo con un iphone que con una rosa o un abrazo. Hay en la flor una belleza inherente que no necesita de coberturas ni de baterías, y en el gesto de acercar a la otra persona contra tu pecho para que dos corazones jueguen a alternar ritmos cardiacos no hay cabida para el 3G, el 4G o el 85G. Emotividad y tecnología no pasean de la mano, y como tú bien dices son esos pequeños detalles, simples, baratos y gentiles los que guardan toda la belleza de la sinceridad cariñosa nada aparente. Yo también te sigo. Espero pronto tu siguiente post, que en twitter caben menos caracteres!

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    1. Muchas gracias Juan por tu comentario y seguimiento. Un día te contaré la historia de los churros que es muy divertida. Hasta entonces nos seguimos viendo por Twitter y mi blog que volveré claro que sí ;-)

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